
Estaba cantado. Tarde o temprano la "revolución" (así se llamaba el proyecto de
Nintendo antes de adoptar el nombrecito definitivo de Wii) tenía que entrar por la puerta de mi casa. Y a decir verdad que lo ha hecho por la puerta grande, desplazando (de momento) a la tele y a otras consolas
menos interactivas en la parrilla de entretenimiento infantil, y sin que (de momento también; cruzo los dedos) interfiera tampoco en otras actividades lúdicas recomendables para los niños (por favor, decir que la Wii es un sustituto del deporte es como decir que chatear potencia la socialización).
La cuestión es que la jodida Wii es una auténtica
GO-ZA-DA. Mira que yo trabajo todos los días rodeado de "tecnología punta" (ejem, bueno, dejémoslo en "puntita") y que estas cosas no deberían sorprenderme, pero es que la precisión y la "usabilidad" del aparato son propios de la ciencia-ficción. Ahora me acuerdo de cuando mi padre nos veía a mi hermano y a mí jugar a los primerísimos
FIFA y
PES (antes
ISS PRO) y se quedaba alucinado con el realismo conseguido. Ahora Ale maneja los mandos con una naturalidad asombrosa (aún le falta precisión, pero entiende la interfaz) mientras que a mí me ha costado cambiar el chip de "jugador pasivo".
Y no sólo se trata de los juegos (cuya posibilidad online habrá que explorar: ese es el futuro de los videojuegos). Aparte del elegante módulo (
canal, en el argot wii) para ver y jugar con las fotos (y vídeos) digitales almacenados en
tarjetas SD, incorpora lo que para mí tiene un potencial infinito:
el navegador basado en Opera. Internet en el salón es ya lo que faltaba: posibilidad de disfrutar de contenidos multimedia (con mis vídeos de
YouTube y mi radio de
Last.fm, ¿quién quiere un
AppleTV?), acceder a un repositorio ilimitado de juegos en
Flash (páginas como
wiicade o
wiiplayable te los seleccionan y adaptan a tu Wii) e incluso leer mis feeds con una
interfaz especial de Google Reader.
¿Mi deporte preferido de
Wii Sports (incluído con la consola) y
Wii Play (incluído con el mando adicional que compré)?: ver a los tres enanos flipar con el aparatejo (bueno, y a decir verdad al de tenis me gusta a mí mucho
de jugarlo, también, ejem)
A Carlitos le gustaban tanto los muñequitos cabezones que les daba besitos
Este es mi "Mii", mi yo virtual en el mundo de Nintendo, diseñado por Silvia y los niños. Un poco de menos pelo, y clavao.
Ale boxeando, el primer esbozo de realidad virtual, que es como él jugará cuando tenga mi edad.