También os muestro a continuación un pequeño vídeo final (de un par de minutos y medio) con más fotos del viaje, las cuales podéis encontrar con mayor resolución en mi cuenta de Flickr, aunque aquí están montadas con la impresionante aplicación online Slideroll, la cual recomiendo por su potencia y facilidad de uso. Lástima que no se puedan subir tus propios sonidos para ponerlos como fondo musical, es la única "pega" que le encuentro a esta excelente (y gratuita) aplicación web (si os molesta mucho el sonido "wacka-wacka" de fondo podéis bajar el volumen del vídeo mediante el iconito del altavoz ;-)
domingo, 22 de octubre de 2006
New York: Epílogo
También os muestro a continuación un pequeño vídeo final (de un par de minutos y medio) con más fotos del viaje, las cuales podéis encontrar con mayor resolución en mi cuenta de Flickr, aunque aquí están montadas con la impresionante aplicación online Slideroll, la cual recomiendo por su potencia y facilidad de uso. Lástima que no se puedan subir tus propios sonidos para ponerlos como fondo musical, es la única "pega" que le encuentro a esta excelente (y gratuita) aplicación web (si os molesta mucho el sonido "wacka-wacka" de fondo podéis bajar el volumen del vídeo mediante el iconito del altavoz ;-)
sábado, 21 de octubre de 2006
Goodbye, NY
Luego, para el almuerzo, Dani nos llevó a un restaurante cercano montado en plan comidas caseras... indias: el Swagat. Como siempre, no defraudó, para que luego digan que no se come bien por allí.
Y para termimar ya (¡qué pesadito el carlotus con los nuevayores...!), como este blog tiene un "talante" (ya sabéis) optimista, alegre, positivo, aséptico en su lenguaje y libre de palabras malsonantes, mejor dar por terminado aquí el relato del viaje a Nueva York y pasar por alto el infernal regreso a Sevilla que nos tenía preparado nuestra "querida" Iberia, la única empresa que yo conozco que trata a sus clientes como una mercancía sin fecha de entrega, a la que puede retener en pequeños e incómodos espacios el tiempo que haga falta (dos horas largas en el avión para despegar del JFK, sin poder movernos, sin dar explicaciones, sólo nos dieron... ¡¡un par de calcetines!! ¡¡CHANANTEEE!!), empresa para la que los usuarios somos un "artículo" que se puede "almacenar" en cualquier sitio por tiempo indefinido (estuvimos horas deambulando por la inmensidad de la Terminal 4, después de un viaje transatlántico, caminando de una ventanilla a otra para que nos solucionasen el problema, cosa que al final ni hicieron). Sí, perdimos el enlace en Madrid, pero seguramente la empresa FedEx, por ejemplo, habría entregado su paquete en hora a pesar de eso, y además en perfecto estado, mucho mejor que los "usuarios", "pasajeros" o "clientes" de la asquerosa Iberia.
Lamentablemente, por culpa de esta empresa, ese día (el 21) se convirtió en el peor cumpleaños que yo recuerdo (ya era el más corto, por el cambio horario), aunque terminarlo junto a los niños logró que nos olvidásemos pronto del vía crucis de la vuelta. Hogar, dulce hogar.
jueves, 19 de octubre de 2006
Más que subida, subidón al Empire State Building
Antes habíamos estado haciendo las últimas compras (destaco lo baratísimos que nos salieron los zapatos y los slippers para los niños en Payless), tras lo cual nos pegamos un homenaje culinario (otro más) en un restaurante tailandés de la cadena Spice, concretamente el que está situado en el barrio de Chelsea, el Chueca neoyorquino, aspecto éste que notamos en el "ambiente" nada más nos adentramos por sus calles (muchas banderas del arco iris por las ventanas, tiendas de ropa para drag queens, restaurantes y locales sutilmente orientados hacia el público homosexual, etc.). La verdad es que en este sentido el "thai" donde comimos era bastante corrientito. De hecho, nos llamó la atención algo que no tenía nada que ver con el tema gayer: un tío que estaba sentado con unos amigos, justo en la mesa de al lado, y que llevaba un mono enterizo marrón y un equipo de esos de fumigación de los que se cuelgan a la espalda. Para poder sentarnos, el hombre tuvo que desplazar un poco su asiento, momento que aprovechó mi hermano para soltarle un simpático "You look like a ghostbuster, man!". El grupo de amigos sonrió, pero cuál fue nuestra sorpresa cuando a los pocos minutos el supuesto fumigador se levanta y podemos ver que el mono que lleva puesto es una reproducción exacta del uniforme de los legendarios cazafantasmas (logo de "prohibido fantasma" incluído), y que el equipo era una "auténtica" mochila nuclear como la que llevaban Dan Aykroyd, Bill Murray y Harold Ramis en la mítica película, idolatrada en mi infancia. En aquel momento, se nos ocurrieron varias posibilidades para explicar tan peculiar encuentro:
OPCIÓN 1:El tío trabajaba en un show turístico y estaba en su hora del almuerzo (lo más probable, ya que allí hacen tours específicos sobre cada película famosa que se ha rodado en NY). Aunque también podría ser la prueba de un disfraz para el inminente Halloween.
OPCIÓN 2:Era un actor en un descanso del rodaje de Cazafantasmas 3. Muy poco probable, ya que aunque hay rumores sobre el rodaje de esta secuela, con Ben Stiller sustituyendo a Bill Murray (adiós secuela), parece que aún está lejos de abordarse (tarde o temprano se hará, eso seguro).
OPCIÓN 3:Nos encontramos con un verdadero cazafantasmas. Sí, puede sonar a coña, pero en una ciudad donde la ficción y la realidad se encuentran siempre solapadas (sin ir más lejos: en el estado del Nueva York puedes reclamar un contrato de compra/venta de una casa porque no recoge el detalle de que el inmueble estaba encantado), este tipo de cosas puede ocurrir. Además, una rápida búsqueda en el gúgel demuestra que esta profesión allí existe, algo lógico por otra parte, ya que necesitarán "peritos" para tantos juicios por casas encantadas, ¿no? ;-)
Bien nos hubieran venido los servicios del supuesto cazafantasmas cuando, al caer la noche, intentamos entrar en la lujosa discoteca Marquee y un portero fantasmón (como los de aquí, vamos) nos impidió la entrada al local (y esta vez os aseguro que no llevaba el anticristo de los porteros, es decir, las zapatillas de deporte, "botines" para los sevillanos). Tampoco nos perdimos gran cosa, según dice esta crítica de la New York Magazine. Además, nos metimos en la disco de al lado (el Glass, punto de encuentro de toda la peña que no pudo entrar en Marquee) y allí nos lo pasamos pipa, ála, para que se fastidien los pijos esos.
miércoles, 18 de octubre de 2006
Dejando el pabellón alto
Antes de todo eso, habíamos comenzado el día visitando el MoMA, bueno, mejor dicho, visitando la tienda del MoMA, que ya de por sí es una auténtica exposición de diseño y arte aplicado a juguetes y todo tipo de objetos cotidianos, con el aliciente añadido de que te los puedes llevar a casa por un
martes, 17 de octubre de 2006
Metropolitan Museum y Madison Square Garden
lunes, 16 de octubre de 2006
Maravilloso Central Park
Después fuimos a recoger a Dani a la salida del trabajo y nos acercamos a la Quinta Avenida, donde visitamos "El Cubo", la espectacular tienda de Apple (aquí tenéis una fantástica foto panorámica tomada el día de su apertura). La verdad es que aún ahora me sorprendo al comprobar que mi VISA ha salido "ilesa" después de estar rodeado de los últimos y suculentos Macbooks, iPods (precisamente ese día presentaban el nuevo iPod nano rojo) y demás cachivaches tecno-fashion tan propios de la casa, aunque me temo que tras esta tentadora visita tarde o temprano terminaré mordiendo la dichosa manzanita.
Terminamos el día recorriendo Upper West Side (pasamos por la histórica Columbus Circle) para degustar el exquisito sushi (y los lunes, además, barato) del restaurante Hi Life situado en la Avenida Amsterdan con la 83. No pudimos terminar mejor la noche, ya que cerca de allí se encuentra el Cafe Lalo donde Tom Hanks y Meg Ryan pelaron la pava en la edulcorada Tienes un e-mail. Así que nos tomamos un "cafelito cinéfilo" y nos fuimos a casa, no sin antes recoger con delicadeza algunos souvenirs y pequeños obsequios que había en unos cestitos a la salida del local (es decir, que cogimos caramelos y cajas de cerillas "a puñaos" y gritando aquello de "¡¡coge, coge, que tó esto es gratis !!")
domingo, 15 de octubre de 2006
Chinatown y Times Square
Terminamos el día en la pizzería preferida de mi hermano, la Sezz Medi de Harlem, donde probamos sus exquisitas pizzas ortolana, cuattro stagioni y pastore hechas en horno de ladrillo (mmmm...).
sábado, 14 de octubre de 2006
Conociendo a Miss Liberty
A la vuelta del ferry cogimos un autobús y después nos bajamos a comer un bocata rápido en un Subway (que para ser "fast food", la verdad es que estaban deliciosos), con objeto de coger fuerzas para acercarnos andando hasta la "zona cero", que hoy en día es un enorme solar en construcción rodeado por una especie de exposición de fotografías y mensajes recordando a las víctimas. A pesar de que el aspecto era el de los cimientos de un edificio cualquiera, era difícil no dejarse impresionar por la magnitud de la tragedia que tuvo lugar allí. Silvia estaba especialmente afectada, aunque el plan que teníamos para terminar la noche hizo que se le quitasen pronto todas las penas: nada menos que ir al club Duvet, la famosa discoteca de las camas que sale en la serie Sexo en Nueva en York. Que, por cierto, yo sigo diciendo que los clubes y las discos son iguales (o peores) que en España, por mucha cama y toque "chic" que quieran darle. Y encima en NY las copas son mucho más caras.
viernes, 13 de octubre de 2006
Paseando por Greenwich Village
Tras comer en un restaurante indio que vimos por la zona (es cierto lo que dice mi hermano de que es una cocina parecida a la española, yo comí una especie de brocheta de pollo con más picante de lo acostumbrado) nos dirigimos por la séptima avenida al punto de encuentro con mi hermano, el pub Triple Crown, el lugar de reunión habitual de sus compis del trabajo y donde especialmente los viernes la cerveza corre a raudales. La verdad es que con la Heinecken de barril no eché de menos a mi querida Cruzcampo.
Terminamos la noche en uno de los locales de moda de Nueva York, el Lotus, que aunque por dentro no me pareció nada del otro mundo, sí que ponían una música (hip hop y r&b, principalmente) de más calidad a lo que estamos tristemente acostumbrados en los locales similares de Sevilla (no, no pusieron el "bulería, bulería" del Bisbal).
jueves, 12 de octubre de 2006
NY, primera impresión
Road to New York
El caso es que, una vez que se ha confirmado que se trata de un accidente, sólo nos queda esperar a que la paranoia en los controles de la aduana no se haya disparado (aún más de lo normal), y podamos llegar a Nueva York mañana sin muchos sobresaltos. Nos leemos por tanto a la vuelta, en unos diez días (aunque a lo mejor puedo postear algo desde NYC, ya veremos).
Os dejo con un par de joyas para que disfrutéis estos días: por un lado una nueva "playlist" exclusiva con clásicos del hip hop que cantan a la Gran Manzana (no, no está Sinatra, pero está Nas con su histórico New York State Of Mind, junto a otros imprescindibles). La podéis escuchar como siempre pulsando el "play" en el margen de la derecha, justo debajo de Trayendo el Ruido.Por cierto, la lista la encontré en la web de XXLMAG.
También os pongo la secuencia inicial de la mejor película que se ha hecho sobre la ciudad, una hermosa declaración de amor de su principal embajador en el mundo. Una maravilla que no me canso de ver, y que ahora por fin podré disfrutar "in situ".
Chapter One: “He adored New York City. He idolized it all out of proportion.” No, make that: “He… he romanticized it all out of proportion.” Yeah. “To him, no matter what the season was, this was still a town that existed in black and white and pulsated to the great tunes of George Gershwin.” Ah, let me start this over.
Chapter One: “He was too romantic about Manhattan, as he was about everything else. He thrived on the hustle-bustle of the crowds and the traffic. To him, New York meant beautiful women and street-smart guys who seemed to know all the angles.” Nah, corny; too corny for a man of my taste. Let me try and make it more profound.
Chapter One: “He adored New York City. To him, it was a metaphor for the decay of contemporary culture. The same lack of individual integrity to cause so many people to take the easy way out was rapidly turning the town of his dreams in…” No, no, too preachy, It’s going to be too preachy. I mean, let’s face it, I want to sell some books here.
Chapter One: “He adored New York City. Although to him, it was a metaphor for the decay of contemporary culture. How hard it was to exist in a society desensitized by drugs, loud music, television, crime, garbage...” Too angry. I don’t want to be angry.
Chapter One: “He was as tough and romantic as the city he loved. Behind his black-rimmed glasses was the coiled sexual power of a jungle cat.” oh I love this. “New York was his town—and it always would be.”
lunes, 9 de octubre de 2006
Pódium de anuncios
- PUESTO #3: Si os revelo qué producto es el que anuncia el siguiente spot es como si os digo que Bruce Willis está muerto en el Sexto Sentido (¡ups!, lo siento, si aún no la has visto). Sólo diré una cosa: la metonimia que centra el argumento (uséase, el uso simbólico de las pilas) es absolutamente genial.
- PUESTO #2: Hace ya algún tiempo circuló por la red un sorprendente vídeo al que se le conoció como "Matrix Ping Pong" (ver en apacir), una representación que bebía de las fuentes del kabuki o teatro tradicional japonés y que incorporaba efectos como el "tiempo de bala" o la "rotación de la perspectiva", conceptos relativamente nuevos en occidente pero que en Japón están muy asimilados y se repiten constantemente en el manga y en el anime (ya me estoy enrollando, pero es que este tema merece un post aparte). A lo que iba, los artífices de esos efectos tan guays (los kurogo u "hombres de negro") son utilizados también en este asombroso anuncio de Pepsi para representar una divertida pelea de kung fú que reúne todos los tópicos del género.
- PUESTO #1(The winner): Yo diría que el siguiente vídeo es toda una pieza de arte moderno (purito pop-art), aunque su objetivo es promocionar una curiosa competición musical con fines benéficos que tiene lugar todos los años en Nueva York (casi me pilla la de este año allí), una "batalla" entre grupos musicales formados por personal de agencias de publicidad del país (Fluid Battle of the Ad Bands). El vídeo usa técnicas de "collage" y animación para hacer un recorrido por famosas portadas de discos de los ochenta y noventa, con un clara carencia por los grupos "jevi" (o al menos, eso me parece a mí). El resultado yo creo que a Andy Warhol (cuyo famoso plátano aparece aquí en una secuencia...ejem..."destacada") le parecería muy chuli.
domingo, 8 de octubre de 2006
Instrucciones para NO volver a casa
Así que ya sabéis, como dice Mr. T en este testimonio chanante, "alejaos de las drogas, son asuntos sucios...".
miércoles, 4 de octubre de 2006
Tiempo BBDO: Levántate, Laura
Bien, pues yo aún estoy alucinando. Y no es por el vídeo, qué va, que a mí desde el principio me pareció un montaje bastante simpático (la solidaria acción del grupo "cuatro gatos" me recordó a las que ejecutaban sus homónimos futuristas, los "doce monos"). La verdad es que cuando ví aquel fake, antes de que se levantase todo el revuelo posterior, jamás pude imaginarme que se iba a convertir en semejante "escándalo nacional". Y es que, de verdad, estos días he escuchado de todo: desde los que usan el "incidente" para atacar a Zapatero (!?) hasta los que sintieron cierto pavor al creer que estaban asistiendo a una acción "cuasi-golpista" llevada a cabo por la extrema derecha (WTF!?). Eso, sin mencionar los espacios en portada en los principales periódicos y telediarios. Verdaderamente INCREÍBLE.
Estos mismos medios han justificado la atención prestada al vídeo por el "supuesto riesgo de seguridad" que suponían las partes del montaje que sí fueron tomadas dentro del Congreso de los Diputados, algo que, por otro lado, tampoco es muy difícil de conseguir con una acreditación de visitante (allí me han dejado entrar hasta a mí, hace ya bastante tiempo). Pero yo creo que la cuestión no es esa. La cuestión es que, como le pasaba a Michael J. Fox con el anuncio 3D de la película Tiburón 19 en aquel viaje al futuro, aún no estamos preparados para la nueva publicidad, una publicidad que en este caso usa Internet como principal vehículo para que fluya el boca a boca y se expanda el mensaje ("márketing viral", lo han bautizado). Incluso los mismos estadounidenses, que deberían estar curados en salud desde aquel legendario susto radiofónico de Orson Welles, no hace mucho han vivido un caso muy parecido (sospechosamente parecido, diría yo), que algunos también calificaron de seguridad nacional (ese sí que parece que es el concepto de moda allí). Ocurrió cuando a Marc Ecko, el grafitero más famoso del mundo (hoy dueño de un emporio), se le ocurrió montar un videoengaño en el que supuestamente pintaba un "tag" (firma) en el mismísimo Air Force One, el avión del presidente Bush. Esta acción, que también tenía un fin "loable" según argumentó el propio Ecko (la libertad de expresión o algo así), disparó el número de visitas de su página web y, en definitiva, dió a conocer su imagen de marca.
Es evidente que en el caso del vídeo de la silla de Zapatero la mayor beneficiada ha sido la propia empresa de publicidad, Tiempo BBDO, máxime cuando también son los autores del pesadísimo vídeo aquel del Amo a Laura para MTV España. Resulta paradójico cómo estos días he podido leer numerosas entrevistas a Siscu Molina, el director creativo de la agencia, pero no he visto ninguna a un representante de la ONU dando detalles de esa Campaña del Milenio, que era lo que realmente se pretendía promocionar.
Un último comentario para la reflexión. Tanto Ecko como Tiempo BBDO parece que se han "inspirado" (para insuflar el componente "viral" a sus trabajos) en una actividad que lamentablemente se ha puesto de moda entre los jóvenes, que es grabar en vídeo acciones vandálicas reales para luego difundirlos por internet a modo de trofeo. ¿Será el "snuff marketing" el siguiente paso?