Últimamente me ha dado por recuperar en formato digital (forma eufemística de decir que me estoy bajando los mp3 a saco) los viejos vinilos que tengo de rap en español, que no son pocos. Por ahí deben estar cogiendo polvo clásicos elepés como el de Madrid Hip Hop (el disco pionero, allá por el 89), el Rappin' Madrid, el Rap de Aquí, o el que sacaron los sonrojantes D.N.I. (sí, lo confieso: tengo un vinilo con la canción del "quítate la mano de la nariz"), junto con los primeros discos interesantes de la escena, es decir, el de BZN y el de El Club de los Poetas Violentos (lo siento, pLey, no pude hacerme con el primero de K.B.P.O.2.S.E.). Aunque ha llovido mucho desde entonces, y en España se han parido buenos discos de este género (yo pondría a Tote King y a Tremendo como figuras destacadas, por la visión que tienen del hip hop), aún creo que el estilo en general peca de falta de madurez, con miles de grupos cortados por el mismo patrón, obsesionados con el rap de competición y con el egotrip y sin aportar nada nuevo a la escena (excluyo de este saco de la mediocridad a algunos productores que sí brillan más allá de nuestras fronteras, como Roty 340 o el colectivo Hippaly).
En resumen, que al escuchar ahora muchos de los temas de aquella época (sin ir más lejos, el ¡Hey, pijo! del reaparecido MC Randy), siento algo más que vergüenza ajena (¡dios mío, ya casi había olvidado a Sweet y su rap-cursi!), y me viene a la memoria la que posiblemente haya sido la mejor representación de lo que supuso el desembarco del rap en España, de la mano de un dúo de... humoristas (¡fíjate, el rrrrrrrrrap!)
miércoles, 6 de diciembre de 2006
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