viernes, 30 de mayo de 2008

El busto, al fin


Bueno, está claro que tras más de un mes de silencio (dicho sea de paso, mensis horriblis para la family, en el que nos hemos tenido que enfrentar a palabros tan feotos como neuralgia del trigémino, neumonía, gastroenteritis aguda o quiste de Backer), el evento que estaba destinado a reabrir este blog en estado de semi-abandono no podía ser otro que la reciente inauguración del busto de papá (¡tacháan!), un monumento que llevaba cinco años "aparcado" en un garaje por culpa de la burocracia política (dejémoslo ahí, ejem) y que al final, por fin, el pasado Miércoles 27 de Mayo vio la luz, nunca mejor dicho, en el precioso Parque de San Fernando.

Escribiendo estas líneas me imagino la silueta de bronce de mi padre, esperando pacientemente durante años en un oscuro y frío almacén, y me viene a la cabeza otra imagen suya (sí, en plan flashback), esta vez real, fumando un Ducados tras otro en las dependencias locales de una cadena de radio, esperando a que una prestigiosa periodista de la época le diese paso desde Madrid para intervenir unos minutos en su exitoso programa de ámbito nacional. Yo no estaba allí, pero quien cuenta esta anécdota era el director provincial de la cadena, que asistía indignado al ninguneo con el que la endiosada periodista (pasaban ya varias horas de la cita acordada) estaba "obsequiando" al alcalde de su ciudad. Tras varios amagos de abandono por parte del atribulado director, finalmente la periodista dio paso al alcalde, y este, lejos de mostrar la más mínima muestra de agravio u ofensa, echó mano de su encantadora labia. Y, como no podía ser de otra forma, la encandiló (a la "encanna", jiji). Fueron muchos minutos hablando de Badajoz en directo para toda España (la excusa fue el Carnaval, la gran apuesta-escaparate de aquel alcalde para promocionar su ciudad), minutos de incalculable valor que bien merecieron la larga espera del excelentísimo. De la misma forma, tal día como hoy también tenemos que decir que los cinco años en el garaje han merecido la pena.

Volviendo al busto, no voy tampoco a hacer una crónica del acto (para eso está ya la insuperable narración de mi maestro del colegio Don Pedro, que podéis leer aquí). Sólo diré que para la familia fue como una fiesta cargada de emotividad. De esas en las que ríes de felicidad mientras las lágrimas recorren tus mejillas. A mi madre la vi pletórica, segura en su discurso (la chuleta casi ni la miró), rodeada como estaba de los barones (no todos varones) del Partido. Aunque minutos antes me confesaba que llevaba todo el día con los nervios agarraos al estómago, yo la ví "más lanzá que la Hillary Clinton" (¡¡ viva la madre que me parió !!). En cuanto al resto de intervenciones, hubo cosas que me gustaron más que otras, pero en resumen me quedo con dos frases:

Con este homenaje de hoy, junto con el Palacio de Congresos y la Avenida que llevan su nombre, Manolo Rojas pertenece ya al paisaje de esta ciudad, como ya lo fue de su paisanaje.

(Me gustó el concepto y el juego de palabras que mostró el periodista Antonio Pascual)

¡¡ Incomprensiblemente, Manolo Rojas no tiene una página en Internet!!

(Glups. Juan Carlos, es que no he tenido tiempo, la tenía hecha pero se la comió mi perro, etc.)

Numerosas personalidades acompañando a su Ilustrísima Mamá

Y para terminar (por ahora), en el apartado de agradecimientos, aunque son muchas las personas que tendría que nombrar aquí (imaginaos, el busto se sufragó por suscripción popular, pues casi tendría que poner a toda Badahó), yo me voy a centrar en dos personas que para mí tienen un significado muy especial: Pepe González (Pepe, el omnipresente Pepe; con razón mis tíos lo llaman "hermano") y Estanislao García, el artista que ha sabido transformar un trozo de barro y bronce en la imagen de mi padre, Manolo Rojas, el alcalde de la sonrisa (aunque eso sí, al peinarlo le ha dejado un tupé un poquito Elvispresliano, jeje...)

De perfil: ¡ ese es mi padre !. De frente: ¿ese es mi padre?


¿Hay algún Rojas en la sala?. Por cierto, falta Pepe.

Mamá, luciendo nuevo look superelegante.
La Není optó por el chándal de gala.
Y yo, con el bolso de playa.

Esta foto vale su peso en oro. Juan es un crack.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por fin nos quedamos a gusto con el busto!! que barbarida...
leyendo esto me viene a la cabeza eso que me dice mama algunas veces "y estando palli-pa-nueva-yo no echas de menos tu gente, tu tierra..."y yo me echo a reir a carcajada limpia estilo cuando me renian cuando era pequenio.jeje...pues si. ya me hubiese gustado estar alli! y ademas fue en el dia de mi cumpleanos....toma regalazo!
me acuerdo cuando disenie los carteles y tarjetas para la suscripcion popular, estando todavia en "line four", y le comentaba a Pepe que me preguntaba si las aportaciones iban a cubrir el total del coste del busto. El, por el contrario, incluso insistio en poner un tope a cada aportacion para hacerlo mas participativo si cabe. Bueno, pues a los dos dias de repartir los carteles y las tarjetas ya me llamo a la oficina diciendome que no mandasemos nada mas a la imprenta, que ya se habia sufragado el coste total.
La sala en la diputacion, el palacio, la avenida, el busto...millones de razones para estar orgulloso de el. Y sobre todo, orgulloso de haber heredado en mi persona, en mi forma de ser y de pensar, taaaaanto de el.

dNY